Las isoflavonas son fitoquímicos (químicos presentes en las plantas) y son miembros de la familia de los flavonoides, que son componentes de las plantas, que a su vez son miembros de un grupo más grande llamado polifenoles.
Los flavonoides ayudan a regular el crecimiento de las plantas y las protegen del efecto dañino que ocasiona la radiación ultravioleta. Estos flavonoides tienen la capacidad de capturar radicales libres y de crear complejos con los iones metálicos. Esto hace que tengan una actividad antioxidante muy alta.
Las principales isoflavonas presentes en la soya son la genesteina, la daidzeina y el equol.
Estudios realizados han demostrado que 100 gr. de tofu proporcionan suficientes isoflavonas (40 mg.) para ejercer un efecto terapéutico.
En varios estudios se ha demostrado que las isoflavonas (y posiblemente otros componentes de la soya) reducen el colesterol, poseen propiedades anti cancerígenas, protegen los huesos y tienen una actividad estrogénica, regulando el sistema hormonal de la mujer.
El tofu al reducir el colesterol protege también el sistema cardiovascular y previene enfermedades del corazón.
Las isoflavonas ofrecen una protección contra el cáncer de diferentes formas: Una es por la capacidad antioxidante que poseen y además promueven la producción de superoxido dismutasa (SOD), otro antioxidante poderoso del cuerpo. Esto hace que se prevengan mutaciones causantes de cáncer. Otra forma es inhibiendo el crecimiento de células cancerígenas. Se cree que esto resulta por la habilidad de la genesteína (una de las isoflavonas) de inhibir la actividad de ciertas enzimas que controlan el crecimiento y la regulación celular. La genesteina interfiere con el proceso de angiogenesis, es decir con la producción de nuevos vasos sanguíneos para alimentar tumores cancerígenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario