Hace
algunos años, nuestras abuelas y bisabuelas hacían el caldo de
pollo hirviendo piezas de pollo, al cual le agregaban verduras
frescas y arroz.
En
la actualidad las personas que cocinan dependen de un cubito o un
polvo que viene en un frasco al cual llaman "consomé" o
por su marca.
Cuando
doy conferencias llevo conmigo una cajita de este producto, les leo
los ingrediente y les preguntó si entendieron todo lo que les leí y
por supuesto que no.
En
realidad es un cubito lleno de químicos, como glutamato monosódico,
colorantes artificiales, proteínas vegetales hidrolizadas, entre
otros. El problema es que muchas personas no saben cocinar si no
tienen este producto y además lo utilizan en cientos de platillos,
no solo en el caldo de pollo.
El
glutamato monosódico, también llamado proteínas vegetales
hidrolizadas, es un químico, exacerbador del sabor, es decir que
hace que todo tenga un sabor más intenso, y nuestras papilas
gustativas cada vez necesiten sabores más fuertes, y vayan perdiendo
su sensibilidad. En estudios de laboratorio se ha podido ver que es
neurotóxico (afecta a las neuronas), cancerígeno y que puede
provocar Parkinson, entre otros.
Los
colorantes artificiales afectan el sistema nervioso, producen
alergias, se relacionan con el déficit de atención y la
hiperactividad. Algunos son cancerígenos como la Tartrazina.
Como
gran cosa, en el frente de la caja o del frasco dice: "no
contiene conservadores" pues sorpresa, su conservador es la sal
(sodio), que puede parecer algo natural, pero la sal que contiene es
sal de mesa (una sal lavada químicamente, que perdió todos sus
minerales en este proceso), en tales cantidades que puede dañar
nuestros riñones con el uso frecuente.
Los
consumidores tienen la creencia de que como no les hace daño en el
momento que lo ingieren, no es algo que a largo plazo, o por
saturación les pueda afectar.
Si
volteamos a nuestro al rededor podemos ver que cada vez hay más
personas con cáncer, como nunca en la historia de la humanidad, así
como enfermedades auto inmunes, y siempre ha habido estrés,
resentimientos, emociones negativas, pero nunca tantos químicos como
ahora.
Yo
creo que en la medida que podamos evitar los químicos lo hagamos,
para ello hay que leer las etiquetas, como siempre digo: donde dice
"ingredientes", y si no puedes pronunciar alguno, no lo
compres, seguro se trata de un químico nocivo. Entre más
ingredientes tenga un producto, peor.
Recuerda
que vienen en orden de cantidad, el que primero está en la lista, es
el más abundante en el producto.
La
naturaleza nos proporciona una gran variedad de especias y hierbas
para darle sabor a los platillos. En mi casa nunca hemos utilizado
"consomés" y comemos delicioso, cocinamos con ajo,
cebolla, cilantro, eneldo, perejil, Romero y muchas otras especies
naturales.
Si
estas muy acostumbrada a los cubitos, puedes buscar los caldos
vegetales o mezclas de especias ya listas que son muy prácticas y
las venden en supermercados y tiendas orgánicas o naturistas, pero
igual te recomiendo leer los ingredientes del producto para verificar
que realmente no sea un polvo lleno de químicos con un disfraz de
"natural".
Autor: Dr. Mónica
Noviello
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