PRODUCTOS

miércoles, 20 de mayo de 2015

Caldito de Pollo.


Hace algunos años, nuestras abuelas y bisabuelas hacían el caldo de pollo hirviendo piezas de pollo, al cual le agregaban verduras frescas y arroz.

En la actualidad las personas que cocinan dependen de un cubito o un polvo que viene en un frasco al cual llaman "consomé" o por su marca.
Cuando doy conferencias llevo conmigo una cajita de este producto, les leo los ingrediente y les preguntó si entendieron todo lo que les leí y por supuesto que no.

En realidad es un cubito lleno de químicos, como glutamato monosódico, colorantes artificiales, proteínas vegetales hidrolizadas, entre otros. El problema es que muchas personas no saben cocinar si no tienen este producto y además lo utilizan en cientos de platillos, no solo en el caldo de pollo.


El glutamato monosódico, también llamado proteínas vegetales hidrolizadas, es un químico, exacerbador del sabor, es decir que hace que todo tenga un sabor más intenso, y nuestras papilas gustativas cada vez necesiten sabores más fuertes, y vayan perdiendo su sensibilidad. En estudios de laboratorio se ha podido ver que es neurotóxico (afecta a las neuronas), cancerígeno y que puede provocar Parkinson, entre otros.



Los colorantes artificiales afectan el sistema nervioso, producen alergias, se relacionan con el déficit de atención y la hiperactividad. Algunos son cancerígenos como la Tartrazina.
Como gran cosa, en el frente de la caja o del frasco dice: "no contiene conservadores" pues sorpresa, su conservador es la sal (sodio), que puede parecer algo natural, pero la sal que contiene es sal de mesa (una sal lavada químicamente, que perdió todos sus minerales en este proceso), en tales cantidades que puede dañar nuestros riñones con el uso frecuente.
Los consumidores tienen la creencia de que como no les hace daño en el momento que lo ingieren, no es algo que a largo plazo, o por saturación les pueda afectar.

Si volteamos a nuestro al rededor podemos ver que cada vez hay más personas con cáncer, como nunca en la historia de la humanidad, así como enfermedades auto inmunes, y siempre ha habido estrés, resentimientos, emociones negativas, pero nunca tantos químicos como ahora.
Yo creo que en la medida que podamos evitar los químicos lo hagamos, para ello hay que leer las etiquetas, como siempre digo: donde dice "ingredientes", y si no puedes pronunciar alguno, no lo compres, seguro se trata de un químico nocivo. Entre más ingredientes tenga un producto, peor.
Recuerda que vienen en orden de cantidad, el que primero está en la lista, es el más abundante en el producto.



La naturaleza nos proporciona una gran variedad de especias y hierbas para darle sabor a los platillos. En mi casa nunca hemos utilizado "consomés" y comemos delicioso, cocinamos con ajo, cebolla, cilantro, eneldo, perejil, Romero y muchas otras especies naturales.

Si estas muy acostumbrada a los cubitos, puedes buscar los caldos vegetales o mezclas de especias ya listas que son muy prácticas y las venden en supermercados y tiendas orgánicas o naturistas, pero igual te recomiendo leer los ingredientes del producto para verificar que realmente no sea un polvo lleno de químicos con un disfraz de "natural".

Autor:  Dr. Mónica Noviello

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