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lunes, 1 de febrero de 2016

Azúcar refinada: Dulce, blanca, pura y mortal

Hoy en día muchos médicos y expertos nos dicen que comamos menos carne, menos grasas y menos harinas porque consideran que dañan nuestra salud. Pero poca gente nos habla de los peligros de la azúcar blanca. Claro, cómo vamos a dejar algo tan sabroso, que está presente en miles de productos que consumimos diario y que es la causante de muchos trastornos en nuestro cuerpo.

Existe la idea de que el azúcar es un alimento necesario y una buena fuente de energía. Por supuesto que necesitamos azúcares, pero no azúcar simple, refinada y procesada químicamente.

El azúcar blanca es un polvo blanco obtenido a través de un proceso químico, no tiene vitaminas, ni minerales, ni proteínas, ni fibra, sólo tiene calorías vacías.

En México el azúcar se obtiene a partir de la caña, la cual contiene vitaminas, minerales y fibra. En el proceso de elaboración del azúcar, la caña pierde todas sus nutrientes.

Además es tratada con varios químicos, entre ellos aluminio. Este último es utilizado para blanquearla. El aluminio es un metal pesado, tóxico y que el cuerpo no puede eliminar por lo que lo tiende a almacenar en el cerebro. Esto a la larga puede ser causa de Alzheimer.

Hay varios tipos de azúcares o carbohidratos: simples, dobles y complejos. Los simples son la glucosa, la fructosa, la galactosa, etc. Los dobles están compuestos por dos azúcares simples y son por ejemplo las frutas, compuestas por fructosa y glucosa. Los azúcares complejos son los compuestos por varios azúcares, por ejemplo los cereales como el arroz, la avena, el trigo, las tortilla, las pastas, etc. Estos últimos requieren de un proceso largo de digestión por lo cual nos proporcionan una energía prolongada y constante.

En cambio cuando ingerimos azúcar blanca, un carbohidrato más simple y sin ningún nutriente que digerir, la glucosa entra al torrente sanguíneo con gran rapidez, nos sentimos con energía rápidamente. Esta sensación dura muy poco, ya que el cuerpo tiene que segregar grandes cantidades de insulina, una hormona producida por nuestro páncreas, para reducir esos niveles de glucosa y proteger a los órganos y al cerebro. Posteriormente nuestras glándulas supra renales tienen que producir adrenalina, para que el azúcar no baje demasiado.

Además, para ser digerida, el azúcar le quita a nuestro cuerpo minerales, vitaminas y enzimas. Sobre todo necesita tomar el calcio de nuestros depósitos, en un intento por neutralizar la acidez que produce, así, provoca caries dentales y muchas veces problemas óseos.

Cuando por ejemplo ingerimos un pan dulce y un café con azúcar, en un principio nos sentimos con energía, ya que sube nuestro nivel de azúcar en la sangre (hiperglucemia), pero después de un rato empezamos a sentirnos cansados, con flojera, incluso a veces nos mareamos y nos duele la cabeza, ya que se libera la insulina, baja el nivel de azúcar y el páncreas queda agotado. Usualmente lo que hacemos es volver a comer algo dulce para animarnos nuevamente y alimentar el círculo vicioso que se forma. Lo peor del caso es que esto lo venimos haciendo desde hace años y diario. Por lo tanto el azúcar blanca se ha convertido en una especie de droga, que hay que dejar por lo sano. En la actualidad la diabetes es la causa número uno de muerte en México, y es causada principalmente por el excesivo consumo de azúcar refinada.

Por otro lado, cuando hay un exceso de azúcar en el cuerpo, este se convierte en grasa, provocando trastornos en la presión arterial y en los niveles de colesterol, entre otros.

Muchas personas creen que no consumen mucha azúcar porque no se la echan al café o al té, pero si leyeran los ingredientes de los productos que tienen en su alacena verían que están un poco equivocadas. El azúcar simple se encuentra en miles de productos que encontramos en el mercado, como salsas cátsup, mayonesas, mostazas, panes de caja, jugos, aderezos para ensaladas, yogurts, refrescos, bebidas para deportistas, cereales de caja, granolas, panes dulces, alimentos congelados, salchichas, carnes frías, papillas, fórmulas lácteas para bebés, enlatados en general, pasteles, helados, golosinas, cigarros, entre muchos otros más.

Lo más triste de todo es que a los que más se les da azúcar son a los niños. Siempre se les premia con un caramelo, se les compran helados, jugos sumamente azucarados, yogurts endulzados, golosinas, papillas procesadas, etc. Desde chicos nuestros órganos y glándulas se van haciendo más débiles. Por otro lado, los niños que son criados sin azúcar, en general son menos inquietos, menos nerviosos que los que sí las consumen. Las madres, los padres y los maestros deberían tomar conciencia de todo esto para así formar niños más sanos y fuertes. Además si los niños dejaran de consumir azúcar refinada, tendríamos menos hiperactividad en la población infantil y podrían concentrarse mejor ya que ellos segregan el doble de adrenalina que un adulto, a la hora de metabolizar el azúcar
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¿Qué opciones tenemos?

Las frutas son la mejor opción, ya que contienen vitaminas, minerales y fibra. También existen endulzantes naturales que son nutritivos y los puede consumir toda la familia, tales como la Stevia, planta sudamericana que incluso regula los niveles de insulina. También los jarabes de agave y de arroz son muy saludables ya que se necesita muy poca insulina para metabolizarlos. Se pueden hacer galletas y postres sabrosos, utilizándolos en vez de azúcar.





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