Antes de la época cristiana , el hombre molía entre piedras el trigo y otros cereales para obtener la harina, misma que se mezclaba con agua, sal y levadura natural (hecha con la misma harina).
Esta masa se esponjaba debido al dióxido de carbono que se forma con la acción de la levadura, y se horneaba, con lo que se obtenía como lo que hoy se conoce como pan.
Esta forma de hacer pan duró muchos años, hasta que, a mediados del siglo XX, un comerciante polaco patrocinó una máquina que podía hacer la harina blanca. Ésta se puso de moda entre la gente adinerada, que pensaba que la harina y el pan, cuanto más blanco, eran mejores. Poco después, la máquina se introdujo en Estados Unidos, y la gente podía comer todo el pan que gustara por que era muy fácil de masticar, a diferencia del que se elaboraba con granos enteros.
Actualmente, a esta harina blanca se le conoce como harina refinada y la mayoría del pan que se consigue en el mercado está hecha con ella.
¿Cuál es el problema de REFINAR la harina?
El trigo entero está compuesto principalmente de germen, salvado y almidón. Cuando se refina, se le quita el salvado y el germen, mismos que contienen la mayor parte de los nutrientes , y la fibra. Lo que queda es solamente almidón, que provoca en quien la consume, engorde.
El proceso de refinamiento. la pierde vitaminas, minerales, proteína y fibra; en total , alrededor de 25 nutrientes, entre ellos: hierro, calcio, magnesio, potasio, vitaminas B1, B2 y B6. Además en la actualidad, para blanquear la harina, se utilizan diversos químicos muy dañinos para la salud. Por lo tanto, todo el pan elaborado con harina refinada (bolillos, teleras, baguettes, pan dulce, de caja, etc.) no nutren en lo absoluto y , además, contienen sustancias peligrosas.
El refinamiento de la harina permite a los comerciantes guardarla por mucho tiempo, sin que los insectos se la coman. Por otro lado, los que refinan la harina venden el salvado y el germen aparte, generalmente como alimento para caballos, cerdos y otros animales (para que ellos sí estén bien nutridos) o a tiendas naturistas, a precios altísimos, para combatir el estreñimiento que causa el pan blanco.
El trigo y todos los cereales deben comerse completos, enteros, como nos los da la naturaleza.
Un alto contenido de fibra. Hace que el pan sea más duro de masticar, con lo que se ejercitan las mandíbulas; la fibra también absorbe el agua del estómago, se expande y hace que la persona se sienta satisfecha y que el cuerpo deseche lo que no necesita.
El pan que más sustancias químicas contiene es el llamado “pan de caja”.
Si leemos los ingredientes de este tipo de pan, observamos que unas ni las podemos leer, por ello: “si no lo puedes pronunciar, no lo compres”.
El pan comercial contiene azodicarbonamida y cloruro de amonio, entre otros químicos.
Estos últimos son sumamente nocivos cuando los ingerimos.
En la bolsa del pan se observan leyendas como : “enriquecido con vitaminas”.
Después de que despojan al trigo de prácticamente todos sus nutrientes, lo enriquecen con vitaminas sintéticas. Lo mismo ocurre con los panes comerciales llamados “integrales” , “de siete granos” y otros de este tipo. Simplemente le agregan un poco de salvado o una mínima cantidad de granos molidos.
Los mejores panes son los que se hacen con granos molidos, agua , sal y levadura fresca. Afortunadamente, los encontramos en varias tiendas, sobre todo donde venden productos naturales y orgánicos. Es importante siempre leer las etiquetas para saber qué vamos a comprar y a darle a nuestra familia.
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